domingo, 24 de abril de 2011

Pasión femenina

Os transcribo este artículo que se publicó el pasado viernes en El Pais:

Pasión femenina en Ferrol

73 costaleras cargan sobre sus hombros tronos de Semana Santa de 2.300 kilos


Andalucía no es la única que llora cuando la lluvia impide a los cofrades sacar en procesión a sus vírgenes. Las portadoras ferrolanas también derraman lágrimas de tristeza y fervor. Lo hicieron esta semana, cuando la dirección de la Cofradía de Dolores suspendió la procesión del martes por la noche bajo amago de tormenta. Su trono, la Santísima Virgen de la Esperanza, una talla de autor anónimo del siglo XVII, se quedó en el garaje de la cofradía engalanada con 730 rosas y otras tantas flores. La efigie religiosa estrenaba un arco de campana que ellas mismas costearon, pero ya no podrá salir este año en procesión. La desilusión entre sus 73 portadoras fue mayúscula.

"En 2010 la lluvia acortó el recorrido y hemos estado todo un año esperando este día para llevar a nuestra Virgen. Fue un chasco enorme", explica María, costalera durante 14 años. Hasta l986, cargar con los pasos era cosa de hombres. Hace 25 años que las mujeres ferrolanas arriman el hombro para soportar sobre sus espaldas pasos que rondan las dos toneladas de peso.

El trono femenino es uno de los pasos más vitoreados de la Semana Santa ferrolana, Fiesta de Interés Turístico Nacional desde 1995, en la que se involucran unas 2.500 personas entre monaguillos, cofrades, mayordomos y portadores (unos 220 varones y 73 mujeres). La entrega y el esfuerzo de las féminas cargando con las imágenes las han aupado como alma y emblema de la Pasión ferrolana, que cada año arrastran hasta la ciudad a cerca de 100.000 visitantes -según los cálculos del Ayuntamiento y hosteleros- atraídos por el eco de los tambores procesionales.

Apretujadas bajo los palos, cada una de las chicas carga sobre sus hombros de 30 a 35 kilos de media, con la única ayuda de una espumilla que se interpone entre su piel y un trono de madera maciza. Un tercio de las chicas caminan descalzas para cumplir viejas promesas.

Con el rostro cubierto por un capuz y los pies desnudos, recorren algo más de tres kilómetros por las calles del barrio histórico de A Magdalena en desfiles procesionales que se alargan dos horas, siempre escoltadas por la Banda de Ferrol y gobernadas por una mayordoma que dirige el paso a golpe de campanilla. Se ordenan por estatura, de mayor a menor, visten un hábito negro ceñido por un cinto verde esperanza, y a lo largo del recorrido cambian de posición tres o cuatro veces para alternar los dos hombros. Pocas, o ninguna, se libra de las lesiones. "Desde callos a cortes en los pies, tendinitis, lesiones de rodilla o roturas de fibras. Hemos tenido de todo", cuenta una de las veteranas, que después de las procesiones tenía que pasar varios días en la camilla de una clínica de fisioterapia.

Este año las portadoras participan en cinco de las 25 procesiones organizadas por las cinco cofradías ferrolanas -Dolores, Angustias, la Merced, la Orden Tercera y Santo Entierro- agrupadas bajo un mando único. Ayer desfilaron de madrugada portando el Nazareno y este mediodía repiten en la procesión del Santo Encuentro, que reúne en la misma plaza a los pasos de San Juan, la Verónica, la Dolorosa y Jesús Nazareno. Todas pertenecen a la Cofradía de Dolores y son como una piña hasta que alguna colgacha intenta escaquearse y camina arqueando la espalda para no cargar.

Las portadoras más jóvenes acaban de cumplir los 16 años y tienen que presentar una autorización de sus padres. La más veterana pasa de los 50, y hay otras como Almudena, que llevan 16 años desfilando en procesión: "Es por devoción a una imagen y por tradición ferrolana. Esto engancha. Todos los años digo que será el último, pero siempre vuelvo. Por lealtad a mis compañeras y a nuestra Virgen".

Raquel y Sabela son madre e hija y desfilan juntas, al igual que las tres hermanas Yáñez, María, Paz y Ángela, que años atrás salieron en procesión hasta tres veces un mismo día. Hijas de militar, explican que su compromiso empezó con una mezcla de devoción y tradición familiar, en la que el componente religioso acabó pasando a un segundo plano. Cuentan que este año llegaron dos chicas nuevas a su trono y muchas más se quedaron en lista de espera, sin hueco para entrar en su pequeña organización de portadoras de la Esperanza, uno de los tronos más antiguos, grandes y pesados con 2.300 kilos de caoba.

Hay otro arículo sobre portadoras en El Correo Gallego:

http://www.elcorreogallego.es/galicia/ecg/poder-fe-mujeres-ferrol-soportan-tronos-2-300-kilos/idEdicion-2011-04-19/idNoticia-660741/

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